Adolfo Domínguez​​​​​
En nuestra esquina del mundo, el paisaje nos hace fuertes. Un paisaje que rasga, un paisaje que hiere. Las aguas envuelven, aguas que empujan, retienen, sumergen.

Y en medio del ruido, aparece el silencio.
Espíritu atlántico. Hay que atreverse. Pero, sobre todo, no rendirse.
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